Cecilia Corredor

El fondo y la forma se constituyen dentro de la pintura como una fundante en la evolución de todo artista, el componente estético se encamina dentro de la subjetividad de lo que se percibe y se plasma en la sensibilidad para que en el proceso de afectación y percepción cada uno considere una obra como bella.

Este componente en su conjunto reúne la evolución, el arraigo por una naturaleza cada vez más distante del hombre, dados los procesos enajenantes de la modernidad. Volver a recuperar la dimensión, la envergadura de lo que le es propio, la grandeza de lo que nos provee y que siempre está ahí siendo de todos y de ninguno. Son componentes apreciativos de la obra de Julia Cecilia Corredor, que envuelven diferentes matices pictóricos referidos a la armonía del paisaje que se muestran dentro de una línea de trabajo que aparece con la época dejando ver las diferentes facetas de su ser arte.

Las tonalidades y la aplicación del color a través de lo que la obra muestra en el transcurrir del movimiento de los tonos y la suavidad e intensidad del pincel, van desarrollando un cambio dentro de la creación artística. La transformación del color denota ciertos elementos que se relacionan con la personalidad y la forma de sentir y de expresar la semejanza con lo real, la simulación de algo que se vive, pero ciegamente no se capta.